viernes, 24 de agosto de 2012

INTELIGENCIA VS. INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

"Al contrario del peso o la altura, no existe una medida absoluta de la integridad, la honestidad o la inteligencia"
Adrian Owen (Redes: “Los 12 pilares de la sabiduría”  http://www.youtube.com/watch?v=BW7r364s5wU)
University of Cambridge

                Gracias a Howard Gardner (Redes: “De las inteligencias múltiples a la educación personalizada” http://www.youtube.com/watch?v=DUJL1V0ki38) y sus antecesores en el campo del estudio de la inteligencia, hoy en día ya no nos limitamos en centrar nuestra atención única y exclusivamente en la, tan socorrida por momentos, medida del IQ.
                Esta parcelaria y etiquetadora medida de la inteligencia, el Cociente Intelectual, ha dejado paso a una visión mucho más amplia de dicho constructo que contempla no sólo una, sino varias inteligencias en el ser humano:

-Inteligencia lógico-matemática (Resolución de problemas algorítmicos, comprensión lógica…)

-Inteligencia espacial (Visualización y composición mental de objetos, colores….)

-Inteligencia lingüística (Habilidad con las palabras)

-Inteligencia cinético-corporal (Control, comprensión y expresión con el propio cuerpo)

-Inteligencia naturalista (Compresión de la naturaleza y del entorno en el cual nos encontramos)

-Inteligencia musical (Apreciación y distinción de ritmos, estructuras musicales….)

-Inteligencia interpersonal (Comprensión de los demás y de su comportamiento)

-Inteligencia intrapersonal (Comprensión de uno mismo)

 




         Estas inteligencias múltiples y su tan diferente desarrollo y potenciación puede que sea lo que nos diferencia a unos de otros, en cuanto a flexibilidad en la adaptación a nuevas situaciones, pero en todo caso, cada uno de nosotros siempre destacará en alguna de ellas.
                Es por ello, que quizás vaya siendo necesario el dejar de referirnos a los demás como personas muy inteligentes o poco inteligentes, ya que de por si éste es un término “vago”, y de esta forma, dejar a un lado expresiones del tipo “que poco inteligente ha sido eso” o “es una persona muy inteligente”, evidentemente se trata de usos del lenguaje ya instaurados en nuestro discurso pero que podemos matizar; podríamos tener una amplia variedad de ejemplos al respecto. ¿En base a qué hacemos estas afirmaciones de muy inteligente o poco inteligente? Acaso en función de los méritos académicos logrados, del nivel de estudios alcanzado; todo aquello que no hace mucho podía estar sentenciando nuestro futuro personal y profesional en función del resultado alcanzado en un test, y que por lo tanto determinaría qué podrías “ser de mayor” o cuáles debían ser tus aspiraciones futuras.
                Sólo tenemos que identificar, aunque no sea fácil, cuál es la “inteligencia” en la que destacamos para decidir, o al menos orientar, nuestro propio futuro.



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