domingo, 18 de noviembre de 2012

LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

La Gestión de las Emociones es uno de los pilares junto con la Empatía, la Percepción Social, el Autocontrol y la Motivación sobre los cuales se sustenta la ya, a estas alturas, bien conocida Inteligencia Emocional, al menos conocida, otro tema distinto es que la pongamos en práctica o que nos resulte más fácil o más dificil dicha puesta en práctica. En esta entrevista, Daniel Goleman y otros investigadores nos dan las claves de dicha gestión emocional.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-aprender-gestionar-emociones/1564242/


viernes, 24 de agosto de 2012

INTELIGENCIA VS. INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

"Al contrario del peso o la altura, no existe una medida absoluta de la integridad, la honestidad o la inteligencia"
Adrian Owen (Redes: “Los 12 pilares de la sabiduría”  http://www.youtube.com/watch?v=BW7r364s5wU)
University of Cambridge

                Gracias a Howard Gardner (Redes: “De las inteligencias múltiples a la educación personalizada” http://www.youtube.com/watch?v=DUJL1V0ki38) y sus antecesores en el campo del estudio de la inteligencia, hoy en día ya no nos limitamos en centrar nuestra atención única y exclusivamente en la, tan socorrida por momentos, medida del IQ.
                Esta parcelaria y etiquetadora medida de la inteligencia, el Cociente Intelectual, ha dejado paso a una visión mucho más amplia de dicho constructo que contempla no sólo una, sino varias inteligencias en el ser humano:

-Inteligencia lógico-matemática (Resolución de problemas algorítmicos, comprensión lógica…)

-Inteligencia espacial (Visualización y composición mental de objetos, colores….)

-Inteligencia lingüística (Habilidad con las palabras)

-Inteligencia cinético-corporal (Control, comprensión y expresión con el propio cuerpo)

-Inteligencia naturalista (Compresión de la naturaleza y del entorno en el cual nos encontramos)

-Inteligencia musical (Apreciación y distinción de ritmos, estructuras musicales….)

-Inteligencia interpersonal (Comprensión de los demás y de su comportamiento)

-Inteligencia intrapersonal (Comprensión de uno mismo)

 




         Estas inteligencias múltiples y su tan diferente desarrollo y potenciación puede que sea lo que nos diferencia a unos de otros, en cuanto a flexibilidad en la adaptación a nuevas situaciones, pero en todo caso, cada uno de nosotros siempre destacará en alguna de ellas.
                Es por ello, que quizás vaya siendo necesario el dejar de referirnos a los demás como personas muy inteligentes o poco inteligentes, ya que de por si éste es un término “vago”, y de esta forma, dejar a un lado expresiones del tipo “que poco inteligente ha sido eso” o “es una persona muy inteligente”, evidentemente se trata de usos del lenguaje ya instaurados en nuestro discurso pero que podemos matizar; podríamos tener una amplia variedad de ejemplos al respecto. ¿En base a qué hacemos estas afirmaciones de muy inteligente o poco inteligente? Acaso en función de los méritos académicos logrados, del nivel de estudios alcanzado; todo aquello que no hace mucho podía estar sentenciando nuestro futuro personal y profesional en función del resultado alcanzado en un test, y que por lo tanto determinaría qué podrías “ser de mayor” o cuáles debían ser tus aspiraciones futuras.
                Sólo tenemos que identificar, aunque no sea fácil, cuál es la “inteligencia” en la que destacamos para decidir, o al menos orientar, nuestro propio futuro.



viernes, 6 de julio de 2012

LA TOMA DE DECISIONES SEGÚN STEINDL-RAST A TRAVÉS DE PAULO COELHO

Steindl-Rast es un monje benedictino doctorado en Psicología Experimental por la Universidad de Viena. A continuación, recojo textualmente la cita que Paulo Coelho hace a través de http://www.larevista.ec/orientacion/el-alquimista/la-hipocresia-a-la-vuelta-de-la-esquina en referencia a la explicación de lo que implica una Toma de Decisiones según Steindl-Rast.

"Por la mañana, debemos comportarnos como si fuésemos a cruzar una calle: parar, mirar a los lados, y seguir adelante. Antes de lanzarnos a la actividad frenética del día, primero nos paramos. Esto nos permite reflexionar sobre nuestras prioridades, las actitudes posibles frente a un problema, y sobre las decisiones que debemos tomar.

A continuación, miramos a los lados. De nada sirve parar si no observamos lo que ocurre a nuestro alrededor. Es necesario entender que, al tomar una decisión, estamos influyendo y siendo influidos por todo lo que sucede en nuestro entorno.

Por último, avanzamos. De nada sirve parar, y mirar a los lados, si no tenemos un objetivo definido. El hecho de actuar es lo que lo justifica todo y lo que nos permite mostrar, a través del trabajo, la inmensa gloria de Dios. Y para que todo eso salga bien, basta actuar como si estuviéramos cruzando una calle.”

Al margen de referencias trascendentales que no comparto acerca de la inmensidad indicada en el último párrafo, sólo comentar que quizás el hecho de mirar a un lado y a otro, y volver a mirar antes de cruzar, es una de las primeras lecciones que madres y padres enseñan a sus hijos e hijas, entonces ¿por qué es una de las primeras lecciones que olvidamos? ¿Por qué  la olvidamos cuando la podemos necesitar en nuestra vida adulta, en el proceso de toma de decisiones diario, tan vital y con un objetivo tan definido como el de asegurar la toma de la decisión más correcta? Decisión que garantice nuesto éxito y por lo tanto nuestra supervivencia en cualquier medio.

martes, 1 de mayo de 2012

COMUNICACIÓN EFECTIVA: BARRERAS

"I like to listen. I have learned a great deal from listening carefully. Most people never listen."
Ernest Hemingway

                ¿Cuántas veces hemos tenido esa sensación de no ser escuchados durante una conversación con otra persona? Probablemente la respuesta sea: muchas. Nos miran al hablar, parecen prestar atención, pero tenemos la sensación de que nos oyen, no de que nos escuchen. 



                Cuando esta sensación surge, estamos siendo conscientes de que no hay escucha activa por parte de nuestro interlocutor. La escucha activa implica esa segunda lectura que hacemos del discurso de la otra persona; implica gesticular, asentir, parafrasear, preguntar, personalizar, en definitiva, hacer partícipe a la otra persona de su papel en el proceso comunicativo. Nos hacemos presentes en la conversación mostrando al otro nuestra atención a sus palabras.
                 En más de una ocasión también puede surgir un sentimiento de frustración e incapacidad, para manejar el contexto y la situación en la cual se desarrolla la conversación, frente a la reacción que puede mostrar nuestro interlocutor ante nuestras palabras. Podemos introducir entonces otro concepto, el de las barreras de la comunicación. Las barreras de la comunicación, tan fáciles de identificar y a la vez tan difíciles de evitar, destruyen y distorsionan la comunicación entre personas facilitando la aparición de los famosos malentendidos. ¿Cuántas veces, manteniendo un volumen y tono ajustado, pausado y tranquilo de voz, el interlocutor ha contestado con un discurso de signo contrario en cuanto a estos aspectos? Es decir, contestando con un volumen elevado, desafiante y exaltado que para nada corresponde con el de la persona que le está hablando. En ocasiones, esta discordancia se debe a la incapacidad del "exaltado hablante" para asimilar la información que está recibiendo ya que puede estar poniéndose en duda su comportamiento o puede estar viendo amenazada la legitimidad de su conducta, y es que al ser humano no le resulta agradable el que alguien reproche su comportamiento, y ante tales circunstancias hay personas que gestionan y salvan esa situación de forma adecuada y adaptativa, pero también hay personas que responden gritando y gesticulando de forma despectiva, impidiendo toda conversación racional.
                 Esta contrariedad o desavenencia sucede fundamentalmente cuando se "pierden los papeles" debido a que nos vemos en la obligación de escuchar una crítica a nuestra conducta, es entonces cuando ante tal situación hacemos gala de algo que deberíamos ir eliminando de nuestro repertorio de respuestas, y al que conocemos como eso de que la "mejor defensa es un buen ataque", esa guerra preventiva ha demostrado que no sirve de nada y ejemplos los podemos tener en esta última década con los cambios sociales que hemos vivido en nuestro mundo de globalización. Nada más lejos de la realidad, un buen ataque en estas condiciones no lleva a nada más que a generar más agresividad, frustración, incomprensión, perplejidad y poco a poco indiferencia hasta una ruptura total y desaparición del diálogo. ¿Qué hacer frente a esto? Empatía y asertividad. La falta o no presencia de cada una de estas competencias se puede considerar como una de las barreras más graves que entorpecen e impiden la comunicación, distorsionando el mensaje que queremos transmitir. Existen otras muchas barreras en el proceso comunicativo, pero considero que éstas pueden ser las más destacables.



                La empatía es esa capacidad, conocida ya por todos, de ponernos en el lugar de otra persona, en cuanto a cómo se puede sentir esa otra persona. Se trata de un concepto vinculado al concepto de  Inteligencia Emocional, y ésta es la capacidad, entre otros aspectos, de conocer nuestros propios sentimientos y emociones, expresar nuestros propios sentimientos y emociones, pero también de reconocer y respetar los sentimientos y emociones de los demás. Es en este último punto en dónde puede flaquear el proceso de comunicación, también en los anteriores, pero de forma quizás mucho más grave en ése: Reconocer y respetar los sentimientos y emociones de los demás. Tan fácil de decir, pero tan difícil de conseguir ya que implica, según el caso, reconocer que se ha actuado mal o que esa actuación ha podido afectar negativamente a los demás, y esto exige un elevado grado de reflexión individual cuyo resultado probablemente no nos guste aceptar ya que estaríamos aceptando que no actuamos correctamente.
                La asertividad hace referencia a esa capacidad de expresar nuestras ideas ante los demás sin atacar sus ideas y respetándolas al mismo tiempo, situándose a mitad de camino entre la agresividad y la pasividad y caracterizándose por la congruencia, el equilibrio o la claridad. Si ya puede resultar difícil desarrollar o potenciar la empatía, para cuanto más el ser asertivo, conceptos que casi van de la mano. Pero quisiera insistir en la idea de que aunque resulte difícil, por el esfuerzo que nos pueda suponer el controlar nuestras emociones en un momento determinado, no es imposible, y debemos plantearlo como un proceso de mejora continua día a día, de evolución personal, como un proceso de mejora y cambio que nos ayudará a interactuar con los demás de forma más saludable y beneficiosa, ya que las personas que gestionan sus emociones de forma positiva desarrollan un auténtico estado de bienestar, el emocional.  
                La gestión correcta de las emociones es fundamental para aprender, tomar decisiones, pensar mejor. Ha de buscarse un equilibrio entre esta forma de afrontar las demandas de una situación y el uso de la razón, sin dejar de lado esta última y teniendo en cuenta esa parte más relacionada con nuestros sentimientos.

martes, 6 de marzo de 2012

ORGANIZACIONES SALUDABLES

          El ambiente laboral constituye una de las principales fuentes de estrés en la sociedad occidental moderna. El aumento de las demandas del entorno es considerado un estímulo estresante, cuya intensidad es mayor a medida que el sujeto percibe que las demandas rebasan sus recursos para afrontarlas, lo cual va a afectar a su salud personal y por tanto, a su salud laboral, al desempeñar sus tareas en el puesto de trabajo.
         La gran competitividad e inseguridad laboral así como las exigencias del medio, los cambios trascendentales en los enfoques de la vida y las costumbres, condicionan un ritmo que genera angustia, agotamiento emocional, trastornos en los ritmos de alimentación, actividad física y descanso, dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo en la salud de los individuos. A pesar de que riesgos como el mobbing o burnout están estrechamente relacionados con el estrés laboral, constituyendo una etapa final en la que el individuo queda en una situación de agotamiento de los propios recursos, estas situaciones tienen características propias que los diferencian cualitativamente de un estrés laboral agravado.
          Existe una tendencia a analizar la salud en el entorno laboral desde la óptica del empleado, por lo tanto de una forma individual; pero, por el contrario, también es necesario abarcar el problema desde la perspectiva organizacional. Esto hecho reside en el mismo interés económico que las propias organizaciones tienen, las cuales circunscriben la problemática a aspectos vinculados al propio individuo o a aspectos de vulnerabilidad ante el miedo del coste, que puede suponer para las empresas la responsabilidad, en materia de salud en el entorno laboral. En muchas ocasiones no se tiene en cuenta que los costes de no contemplar políticas de prevención de riesgos laborales en las organizaciones son mucho mayores.

lunes, 5 de marzo de 2012

CLAVES PARA LOGRAR LA FELICIDAD EN EL TRABAJO

1) Establecer relaciones interpersonales positivas.
2) Desarrollar un cierto grado de control y autonomía; el máximo posible que se pueda alcanzar.
3) Contar con el apoyo y consideración de los supervisores en la estructura jerárquica.
4) Conciliar tiempo de ocio y la recuperación física/emocional con el trabajo.
5) Obtener reconocimiento de los logros obtenidos.
6) Tener una carga de trabajo manejable y con objetivos definidos, reales y alcanzables (como en la vida misma).
7) Lograr un equilibrio entre la vida laboral y la personal.
8)  Desarrollar tareas variadas, evitando en la medida de lo posible la rutina, y contar con oportunidades para el desarrollo y crecimiento profesional. Aprovechar al máximo dichas oportunidades.
9) Utilizar el sentido del humor y expresar emociones positivas. Olvidar el lenguaje negativo y sonreir; transmitiremos a los demás aquello que exterioricemos a través de nuestros gestos, miradas...